domingo, 10 de marzo de 2013

Un día más en el calendario, 8 de marzo



Pensaba subir entrada este jueves, pero lo fui dejando. Tampoco sabía muy bien qué subir, pero como anteayer fue el Día de la Mujer Trabajadora pues al final he decidido crear una entrada algo más personal y algunos la podrían calificar de “política” aunque sólo esté diciendo lo que pienso. Y, antes de que empecéis a leer decir que esta es una opinión personal, podéis sentiros de un millón de maneras respecto a ella y ninguna es incorrecta.

Anteayer me encontraba en twitter y veía que, tanto periódicos como personas más individuales, lanzaban especiales o felicitaban el día a todas esas mujeres que disfrutamos de los beneficios que obtuvieron otras mujeres a lo largo del siglo pasado. Sin embargo tuve una idea, si todos fuéramos “iguales” no se necesitarían días como este para recordarlo. Sin embargo, pese a que nunca podremos ser iguales debido a nuestra anatomía, sí que hay países donde las desigualdades son extremas y otros donde son casi inexistentes; mientras que en el medio aparecen toda una gama de matices.

También, mientras seguía leyendo los diversos tweets, otras cosas danzaban en mi cabeza. Entre ellas una charla que tuve con una amiga sobre el machismo en nuestra sociedad y otra conversación que mantuve con dos turcos respecto a este punto de machismo e igualdad. Mis conclusiones a estas dos conversaciones es que en los países mediterráneos muchos hombres si te ven en apuros se prestan a ayudarte lo cual no me parece que nos denigren, simplemente echan una mano como la podría echar yo a una persona que la necesita independientemente de su género. Aunque, siempre hay dos tipos de personas que dañan la búsqueda de la igualdad  y, estos son, el hombre que considera que una mujer es incapaz de hacer nada y la mujer que se cree invencible cuando, a todas luces, no puede realizar esa tarea que intenta.

Otro punto en el que pensé fue la educación. Una educación basada en la igualdad entre géneros es clave para que la sociedad camine por la senda correcta, aunque no hay que olvidar que en casa se enseñan unas ideas que pueden no ser las mismas que se inculcan en la escuela. A este respecto recuerdo un librito que me regalaron de pequeña sobre las diferencias entre chicos y chicas.

Ahora viene a mi memoria un punto interesante de ese libro, el de que un hombre puede realizar profesiones tradicionalmente atribuidas a las mujeres y viceversa. Exactamente, la niña preguntaba que por qué no había mujeres bombero o mujeres policía o camioneras; pero también existe la parte dónde el niño podría preguntar por qué no existen apenas azafatos, enfermeros o secretarios. Y en el libro se dice que eso había sido así durante mucho tiempo pero que las cosas empezaban a cambiar, y sí las cosas están cambiando y se ven más hombres y mujeres realizando esa clase de profesiones. Sin embargo, aún sigue habiendo muchas cosas que cambiar respecto a eso y quitar los estigmas y los prejuicios que abarcan a las personas que no realizan trabajos “acordes” a su género.

Voy a ir terminando ya que he dado mucho la lata por hoy. Pero no me voy sin antes dar las gracias a todas esas mujeres, anónimas o no, que lucharon y luchan cada día para que las siguientes generaciones vinieran o vengan a un mundo más igualitario.


No hay comentarios:

Publicar un comentario